sábado, 17 de junio de 2017

¿MURIÓ HITLER EN EL BUNKER? - Eric Frattini **(2/5)

¿MURIÓ HITLER EN EL BUNKER? - Eric Frattini

Género: Investigación, histórico

Autor: https://es.wikipedia.org/wiki/Eric_Frattini

Sobre la obra: Farragosa sucesión de pesquisas desarrollada por el siempre bien informado autor, relativa a la desaparición de Hitler en circunstancias no del todo claras.

Quien sabe si con objeto de confundir y con ello perpetuar el mito, fueron muchos los líderes nazis y algunos de sus fieles seguidores los que difundieron rumores sobre su exilio, ya en Argentina (la más plausible receptora del célebre criminal), ya en la Antártida, España...
Sea como fuere, y si en sus rocambolescas "huidas" estuvieron implicados sus numerosos "dobles" oficiales, gobiernos simpatizantes de su causa u otros, nada está claro hasta la fecha y poco nos puede aclarar este ensayo del periodista español.
No debería sorprendernos, que tras la caída del reich de los mil años, en abril del 1945, fuese un tema recurrente en los medios de comunicación sensacionalistas y otros, la posible huida del célebre dictador. El caso de Bin Laden nos demuestra que ni el tiempo, ni el grado de comprensión del funcionamiento de nuestras intrigas políticas internacionales ha hecho cambiar nuestro interés morboso y nuestra desconfianza natural por temas de índole tan concreta. La captura de un "villano" suscita teorías conspiratorias a menudo alimentadas por el secretismo y la discreción obligadas por este tipo de intervenciones.
Bajo el mando de Perón, declarado pronazi, anticomunista y anti- americano, Hitler habría encontrado un lujoso y seguro reposo de no haber mediado la muerte del dictador acechado y demolido por el fracaso. Tanto él, como sus más fieles seguidores se vieron sorprendidos por el fin de su delirio cuando ya era tarde para escapar del odio y la beligerancia soviéticas. En manos de Stalin, todos ellos se hubieran convertido en peleles y habrían acabado siendo exhibidos como ecce homos, en el balcón más visible y expuesto del Kremlin. Demasiado para los orgullosos jerarcas pro-arios.
Como todos los dictadores, Hitler era un hombre pequeño, con una sombra alargada por la luz horizontal que le proyectaban sus aliados cercanos, taimados, ambiciosos, inteligentes y sociópatas.
Su locura, convenientemente alimentada por la lúcida adulación de sus más próximos, no era compatible con la huida, tan vergonzante como probablemente inútil. EEUU, el Mossad o la propia democracia Argentina, si no otros, hubiesen dado fin a su destierro con escarnecimiento público incluido de haber tenido oportunidad.
Un tanto deslavazada y farragosa, la lectura de este ensayo no resulta placentera ni consigue captar demasiado a menudo un interés estable, aunque como fuente a la que acudir a consultar, resulta una muy práctica guía.
Sólo para fans del mito.

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