viernes, 6 de abril de 2018

LA TIERRA PERMANECE - George R Stewart

LA TIERRA PERMANECE - George R Stewart

Género: Post-Apocalíptico

Autor: https://en.wikipedia.org/wiki/George_R._Stewart

Sobre la obra:
No se esconde demasiado tras este argumento recurrente sobre el fin de la humanidad.
Escrita en 1949, el hecho más novedoso quizá sea que el apocaliípsis no devenga de una guerra nuclear sino de un virus letal dado el contexto histórico del momento. Quizá el autor pensó esto mismo años después durante la "guerra fría".

Muchas han sido las formas de abordar la cuestión que nos ocupa, la desaparición casi total del hombre sobra la tierra, quizá lo único verdaderamente novedoso de la obra de Stewart sea la perspectiva desde la que se aborda, alejada de los repetitivos tópicos de la literatura post-apocalíptica.
La humanidad, gravemente mermada y dispersa arrostra su destino con claros signos de aceptación pragmática. Diríase que se considera culpable, y que Dios (del que no se habla demasiado en la novela) no ha hecho sino repartir justicia. La raza humana, como las hormigas o las ratas se ve afectada por los ciclos naturales de expansión y holocausto que conciernen a toda especie viva y la "era de la expansión" ha llegado a su fin, al menos esta en concreto.

El contexto histórico y cultural de la época en la que se escribe la obra marca el contenido, lo que se percibe con cierta sorpresa y ternura en algunos anacronismos (respecto de la actualidad) como el uso indiscriminado y temerario del DDT, (hoy sabemos de su enorme toxicidad) o los claros signos de racismo de la sociedad imperante en la época.
El autor, aunque tímidamente, parece intentar normalizar la convivencia de supervivientes de color con el protagonista, (arquetipo de americano perfecto), no sin insistir de forma evidente en el fuerte sentimiento de inferioridad y vergüenza de los negros para con el "hombre blanco".
Tal parece ser el ascendente de este sobre ellos que parecen disculparse por haber sobrevivido a "los blancos" y no ejercer de esclavos de estos.
En una sociedad como la del 49, con la guerra recién acabada sorprende que los EE.UU, no hubiesen aprendido ya a distinguir entre "sus negros", completamente americanos, integrados hasta donde se les había permitido en todos los menesteres de la sociedad, incluido el ejército y los negros africanos, cultural y tecnológicamente inmersos en el neolítico.

Aun hoy los norte americanos, siempre en busca de un enemigo, no terminan de entender que los prejuicios contra una raza son del todo absurdos.

Por otra parte la fría prosa con la que Stewart relata su historia revela cierta desafección  por la lírica de lo humano, incluso de lo divino. La humanidad parece reducirse para el autor, en los relativo a sus logros y méritos a lo que cualquier otra especie animal solo que esta ha desarrollado una industria que ahora resulta inútil. Olvida el arte, la música, la literatura, la filosofía, la ciencia... Como si la perdida de nuestra especie se redujera a la rápida desaparición de las estructuras de acero y hormigón dispersas por la corteza del planeta.

Quizá por este desinterés manifiesto por lo más meritorio de nuestra raza la obra adolece de cierta vacuidad. No sólo está ausente la lírica, también la metafísica. falta lo único verdaderamente "humano" de nuestra raza. La perspectiva de una dimensión más allá de lo estrictamente terrenal que nos está reservada sólo a nosotros sobre la faz de la tierra. En mi opinión, el contenido profundo de la obra es demasiado pesimista, un tanto pueril. Si la raza humana se enfrenta a una situación así responderá con dignidad y orgullo.

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