Género: Ciencia Ficción, Religión
Autor:https://es.wikipedia.org/wiki/J._J._Ben%C3%ADtez
Sinopsis: Un proyecto científico lleva a un hombre de nuestro tiempo (año 71) hasta la vera de Jesús de Nazaret en sus últimos días de vida. La novela recorre el camino de Jesus desde la perspectiva de un testigo excepcional, científico, militar de alto rango y un escéptico total. Todo ello a través del testimonio de su diario íntimo, que antes de morir había legado al periodista que firma la obra.
Sobre la obra: No se le puede negar el ingenio y la capacidad de trabajo desplegados y visibles en la obra, teniendo presente que su labor de documentación puede no ser del todo rigurosa y que sus anotaciones y aclaraciones pseudocientíficas parecen de factura ajena a todas luces. (Probablemente un buen amigo más versado en estas áreas científicas y también dotado de una imaginación notable.)
En esta novela absurda, pretenciosa, tediosa y de factura francamente pobre; el autor, haciendo gala de un egocentrismo propio de su leyenda (negra) se nos muestra como un experto en "todo" siendo más bien un diletante del misterio, la superstición, la imaginería popular y otras chucherías de baja estofa.
Sus largas, tediosas, repetitivas, innecesarias y en ocasiones groseras parrafadas sobre los vericuetos médicos del calvario resultan insoportables.
En mi opinión, este gacetillero de provincias, que lleva viviendo del cuento OVNI toda su vida realiza en esta obra y las sucesivas un alarde de inmisericorde falta de respeto a las creencias y tradiciones de judíos y católicos que resulta abominable.
Demuestra además un mal disimulado antisemitismo muy ibérico y solapado, rancio y cruel.
No le duele en prendas de introducir sus sempiternos extraterrestres creadores en medio del mensaje, de la vida, crucifixión y muerte del líder espiritual palestino soslayando el hecho de que hacer esto mismo en religiones muertas como los cultos egipcios o mayas puede no herir la sensibilidad de muchos, pero en el caso de Cristo, más de mil millones de personas respetan y depositan su fe en el profeta.
Reconozco que este es uno de los escasos libros que me arrepiento de haber leído hasta el final. Celebro haberlo comprado de saldo por uno pocos euros y lamento que mis intimas convicciones no me permitan convertirlo en leña.
Para quienes puedan encontrar en mi crítica un condicionante religioso vaya esta consigna que he mantenido siempre y que llevaré conmigo hasta el fin de mis días: Ni Dios, ni patria.
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